La playa ayer y hoy (y Grace Kelly también)

Antes, una playa privada era la que tenía la casa de verano. La ley de costas todavía no había hecho del todo públicas la orilla del mar. El lujo consistía en arreglar tu cala a tu manera, con tu propia toalla y con tu traje de baño a juego. Con un teléfono conectado de la casa hasta la playa. Escenas que traen recuerdos de toallas elegantes y comer en casa tranquilamente.

Ahora, una playa privada no pertenece a una persona, sino a un hotel, donde las toallas inmaculadas parecen no acabarse nunca (¿cuántas toallas necesita una persona?) que se renuevan a diario aunque haya sequía. Rodeado de personajes internacionales que conceden demasiada importancia a lo privado. Todos con su uniforme consistente en gafas de sol, como clones. En los que los camareros te traen la bebida y comida sin tener que mover un dedo.

Moraleja: No es que antes fuera mejor, sólo más personal.



¿DIY en mi blog?

Este no es un blog de DIY. Me gusta mucho el DIY, la satisfacción de hacer algo con tus propias manos, y no solo teclear en el ordenador, como ya dije aquí.  Hay algo muy motivador en el DIY, como un entretenimiento para una tarde de domingo (tan poco productivas ellas). 

Pero digo que no es un blog de DIY porque 1º No creo que el lector medio entre en mi página buscando ideas y 2º porque lo que busco transmitir es otras cosas. Y sin embargo aquí van algunas ideas. ¿No es divertido transgredir las normas que uno se ha auto impuesto?





El sombrero y la mariposa

Pamela negra en cementerio

Una vez leí un relato sobre una mariposa que entró en el metro. Y hoy he visto una, se subió en la 42 y se bajo en la 59 por lo que supongo que iría a bloomingdales a comprarse un sombrero, que luego no le gustará nada, como pasa siempre con los sombreros que te compras.


Fat Lagerfeld



Y yo que cría que Lagerfeld se había dedicado a eliminar cualquier rastro suyo de gordo en internet...

Prendas que evocan

Hay ropa que te hace sentirte aventurero. Esta es mi camiseta de ligar  - dicen algunos - con estos zapatos me siento alguien importante – piensan otros. Siempre hay ropas que nos compramos por evocaciones, fantasías que nos inventamos: con una barbour y una camisa Oxford me veo paseando a los perros por la campiña inglesa. Con ese gorro y ese abrigo me imagino que soy una secretaria de Mad Men. Con esos pantalones y esa bufanda me siento tan parisino.

Algunas prendas te hacen pensar en besos en el campo con chicas que leen a Nancy Mitford y que besan bajo paraguas de tartán.

No es pecado, después de todo, el vestirse tiene algo de jugar, de esperanza, de armadura. De que las cosas más interesantes nos ocurrirán si vamos adecuadamente vestidos, de que el hábito sí que hace un poco al monje.

De frases y perfumes


El perfume, como la seda, el vino y las flores, es uno de los lujos necesarios de la vida. Su aroma es como un buen vino, que necesita oxigenarse antes de alcanzar el punto de perfección.


Sofia Loren


El club de lectura de Alphonse Doré II

Si, lo sé. Un libro más sobre Coco Chanel. Con las evocaciones de Lagerfeld sobre sueños de Mademoiselle y todas esas biografías uno debería cansarse.


Pero hay algo diferente en este libro. Es otra visión de ese personaje que todos creemos conocer tan bien. Tiene un punto de autentica intimidad, como cuando observas a alguien que no sabe que lo haces. 


Esa es precisamente la perspectiva la que hace tan interesante el libro. Y es que las fotografías de Douglas Kirkland guardan siempre una distancia, como el cazador que no quiere asustar a su presa, consiguiendo desde esa distancia una cercanía con Coco Chanel poco vista.
Otro libro en mi lista destinada a vaciar mi cuenta corriente. Aquí.




La razón de ser del Vogue

La mayoría de nosotros leemos Vogue no con la intención de comprar la ropa tan cara, sino porque al hacerlo educamos nuestros ojos y afilamos nuestro gusto, de manera similar en la que degustar comida gourmet refina el paladar. Éste es un placer activado por la estética implacable de Wintour, su negación a participar en la tendencia democratizadora de la mayoría de sus competidores. Negarle ése privilegio es negarle a los lectores el privilegio de la fantasía en la forma de la tan bellamente fotografiada alta costura de París. 



Parece que no hay demasiada gente que lo entienda. Aún hoy, con el amplio mercado de revistas  disponible, la gente sigue teniendo en la cabeza esa idea de que éstas no son más que catálogos. - Un bolso de 500€ - dicen -  se creen que somos millonarios- . Leer una revista de moda significa únicamente culturizarse y entrar en contacto con lo bello. En esencia, debería tener el mismo efecto que leer un libro.



La moda según el cine II - Chèri

Cheri es una estupenda adaptación de un libro estupendo. Con buenos actores y un buen director es prácticamente imposible estropear tan buena historia. No sólo eso, Stephen Frears consigue que, lo que en un principio podría resultar lento, no pierda el ritmo en ningún momento. Una película sobre los sentimientos, la nostalgia, los distintos grados del amor, el consuelo… que en ningún momento deja de tener movimiento. 

¿Y por qué es tan bueno el vestuario de Consolata Boyle? No es solamente por su fidelidad a la época, que hace que los actores no parezcan disfrazados, sino por su capacidad para conseguir que, a pesar de admirar los vestidos, en ningún momento nos distraigan de la historia. No sólo porque este bien hechos, además saben pasar desapercibidos cuando no son los protagonistas.
Y eso ayuda a la película, puesto que todas las piezas (música, vestuario, escenarios) son magnificas pero saben jugar en equipo.

Frears parece conocer bien el trabajo de Consolata puesto que ya ha trabajado con ella en Mary Reilly y The Queen (cuyo vestuario se merece otro post).

Su banda sonora por Alexandre Desplat (otro gran compositor) aquí o en Spotify.






El club de lectura de Alphonse Doré

En esos días en los que me meto en Amazon y acabo gastándome más dinero del que debería (el otro día me encontré rodeado de gente que no conocía amazon ?!?!) voy descubriendo libros que por a o por b quiero leer.
Como el último de Jean Claude Ellena: Journal d'un parfumeur.
Jean-Claude es un famoso perfumista que ha trabajado con Hèrmes, Bulgari, Cartier y más. La profesión de perfumista siempre me ha llamado la atención, más que nada cómo poner los olores por escrito. Y también por cómo inventan nuevos perfumes, un poco cómo componer una canción. 
No menospreciemos los perfumes, desde un punto de vista de elegancia podemos recurrir a la famosa frase acuñada por Coco Chanel de que no es posible ser elegante sin perfume, o si nos centramos en su valor económico, todos sabemos que son los perfumes los que sanean las cuentas de las grandes casas.
En cualquier caso, cabe destacar como en apenas 100 años el perfume parece haberse convertido en un bien de primera necesidad en el baño junto con el jabón, el champú y el desodorante. 
Jean Claude Ellena cuenta como curiosidad que el nunca pone el tan socorrido olor a musgo en los perfumes para hombre por estar muy visto, o muy olido.


Mi única reflexión es, ¿realmente hay suficiente mercado para tantos perfumes? ¿O soy el único que nunca cambia de perfume?


Sus libros aquí, aquí, aquí y aquí.