Dolce&Gabbana y los secretos de los perfumistas

Dolce&Gabbana D&G fragances

Inglaterra Inglaterra - Julian Barnes


Los secretos de los grandes parfumiers siempre se guardaban celosamente, como puede que usted sepa. Transmitidos de hombre a chico en ceremonias secretas, cifrados en código si alguna vez se ponían por escrito. Figúrese, un cambio de moda, un eslabón roto en la cadena, una muerte prematura, y se pierden, se desvanecen en el aire. Es la catástrofe que nadie advierte. Leemos el pasado, oímos su música, vemos sus imágenes gráficas, pero nuestro olfato no se despierta. Piense en la ventaja que para un estudiante representaría sacar el corcho de un frasco y decir: Versalles olía así, Vauxhall Gardens asá.

¿Se acuerda de los artículos de prensa sobre el hallazgo de Grasse hace dos años? – Jeff, obviamente, no se acordaba-. ¿Del libro de mezclas en la chimenea atascada? Tan romántico que parece que casi era increíble. Una lista cifrada con los componentes y las proporciones de numerosos aromas olvidados. Cada una de las fórmulas se identificaba por una letra griega que correspondía a un libro de pedidos ya existente en el museo local. Indiscutiblemente se trataba de la misma mano. O sea que esto, esto – Ladeó el cuello en dirección a Jeff – es Petersburgo, usado por última vez por un aristócrata en la corte del zar hace dos siglos. 

Emocionante, ¿no? – A la vista de que Jeff no mostraba el menor signo de emoción, el Dr. Max le auxilió mediante una comparación-. Es como lo de esos científicos que clonan animales perdidos para el planeta durante miles de años.

- Dr. Max – dijo Jeff -. Eso suyo huele  a animal clonado

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¿Cómo sería poder oler perfumes que ya no existen? Yo tengo claro que habría muchos que no nos gustarían; demasiado fuertes, demasiado vastos, demasiado antiguos. 
Aunque reconozco que me gustaría poder oler el primer Chanel nº5 y no la versión que venden ahora. 

El pintalabios



El día se presentaba gris. 
Cielo gris, acera gris, un traje gris. Ni siquiera el hecho de que fuera viernes parecía ser suficiente para alegrar las siete de la mañana.
Mientras bajaba en el ascensor abrió el bolso y sacó una barra de pintalabios. Sólo eso necesitaba, un ligero toque en los labios. 
Una ligera sonrisa se posó en su boca.  No estaba mal, al menos era un inicio.

El armario de Pareto



Mujer con bolso

¿Cómo se pueden aplicar las matemáticas a la moda? Ya lo hice una vez y aquí vuelvo. 

El principio de Pareto nos dice que la sociedad siempre se divide en dos grupos con proporciones de 80-20. El ejemplo más habitual suele ser el siguiente:

"El 80% del dinero del mundo está en posesión del 20% de la población"

Pero también podríamos decir que el 80% del dinero invertido en nuestra ropa se concentra en el 20% de las prendas.

O que el  80% por ciento de la gente sólo usa el 20% de su ropa.

Y  en mi caso, que el 80% de mi ropa tiene el 20% de todos los colores. 

Las matemáticas tambien están en todas partes

Picasso en Vogue


El simple hecho de que a alguien se le haya ocurrido combinar un Vogue con Picasso, no hace más que demostrarme más si cabe, que aquello de que la moda está en todas partes es muy cierto. 
Y de la misma manera podemos decir que todas las artes están en cierta medida relacionadas. A fin de cuentas todas son artes, ¿no?

Diana Vreeland: The eye has to travel


Descubrí recorriendo la página de trailers de Apple que van a sacar un documental sobre la gran y única Diana Vreeland, con un título tan sugerente como The eye has to travel, o el ojo quiere viajar.

¿Qué se puede decir de esta gran mujer que no se haya dicho ya? Como de costumbre con éstas cosas, tendré que esperar a que lo emitan en Canal+, aunque como diría Maggie Smith: Never mistake a wish for a certainty.

La tía Mame y el vestido rojo

La tía Mame y el vestido rojo

Aprovecho esta frase del libro de La tía Mame para experimentar un poco con Polyvore.

La tía Mame - Patrick Dennis

La señorita Gooch atravesó despacio la habitación con su combinación blanca y sus zapatos ortopédicos y volvió con un auténtico cargamento de rutilantes vestidos de noche -. ¡Deja el rojo ahora mismo, Agnes! - dijo la tía Mame desde las profundidades de su kleenex -. Eres tú la que tienes que llevar el vestido, y no él a ti. No, querida, con el de color lima parece que tengas ictericia. Creo que será mejor que vayas de negro, con eso nunca te equivocas.

Daphne Guinnes y el auténtico lujo

Daphne Guiness


Y cuanta razón demuestra tener Daphne Guinness. ¿Cuántas veces nos vemos obligados a tragarnos nuestra forma de ser, nuestras preferencias más de lo que nos exigen los buenos modales?

Conozco a un chico, que por motivos que no vienen al caso,  debe comportarse como un Pelayo de la vida, cuando en realidad, el preferiría unos mocasines y un simple polo. 

Admitidlo, lo primero que a uno se le ocurre es exactamente lo opuesto.