¿DIY en mi blog?

Este no es un blog de DIY. Me gusta mucho el DIY, la satisfacción de hacer algo con tus propias manos, y no solo teclear en el ordenador, como ya dije aquí.  Hay algo muy motivador en el DIY, como un entretenimiento para una tarde de domingo (tan poco productivas ellas). 

Pero digo que no es un blog de DIY porque 1º No creo que el lector medio entre en mi página buscando ideas y 2º porque lo que busco transmitir es otras cosas. Y sin embargo aquí van algunas ideas. ¿No es divertido transgredir las normas que uno se ha auto impuesto?





El sombrero y la mariposa

Pamela negra en cementerio

Una vez leí un relato sobre una mariposa que entró en el metro. Y hoy he visto una, se subió en la 42 y se bajo en la 59 por lo que supongo que iría a bloomingdales a comprarse un sombrero, que luego no le gustará nada, como pasa siempre con los sombreros que te compras.


Fat Lagerfeld



Y yo que cría que Lagerfeld se había dedicado a eliminar cualquier rastro suyo de gordo en internet...

Prendas que evocan

Hay ropa que te hace sentirte aventurero. Esta es mi camiseta de ligar  - dicen algunos - con estos zapatos me siento alguien importante – piensan otros. Siempre hay ropas que nos compramos por evocaciones, fantasías que nos inventamos: con una barbour y una camisa Oxford me veo paseando a los perros por la campiña inglesa. Con ese gorro y ese abrigo me imagino que soy una secretaria de Mad Men. Con esos pantalones y esa bufanda me siento tan parisino.

Algunas prendas te hacen pensar en besos en el campo con chicas que leen a Nancy Mitford y que besan bajo paraguas de tartán.

No es pecado, después de todo, el vestirse tiene algo de jugar, de esperanza, de armadura. De que las cosas más interesantes nos ocurrirán si vamos adecuadamente vestidos, de que el hábito sí que hace un poco al monje.

De frases y perfumes


El perfume, como la seda, el vino y las flores, es uno de los lujos necesarios de la vida. Su aroma es como un buen vino, que necesita oxigenarse antes de alcanzar el punto de perfección.


Sofia Loren


El club de lectura de Alphonse Doré II

Si, lo sé. Un libro más sobre Coco Chanel. Con las evocaciones de Lagerfeld sobre sueños de Mademoiselle y todas esas biografías uno debería cansarse.


Pero hay algo diferente en este libro. Es otra visión de ese personaje que todos creemos conocer tan bien. Tiene un punto de autentica intimidad, como cuando observas a alguien que no sabe que lo haces. 


Esa es precisamente la perspectiva la que hace tan interesante el libro. Y es que las fotografías de Douglas Kirkland guardan siempre una distancia, como el cazador que no quiere asustar a su presa, consiguiendo desde esa distancia una cercanía con Coco Chanel poco vista.
Otro libro en mi lista destinada a vaciar mi cuenta corriente. Aquí.




La razón de ser del Vogue

La mayoría de nosotros leemos Vogue no con la intención de comprar la ropa tan cara, sino porque al hacerlo educamos nuestros ojos y afilamos nuestro gusto, de manera similar en la que degustar comida gourmet refina el paladar. Éste es un placer activado por la estética implacable de Wintour, su negación a participar en la tendencia democratizadora de la mayoría de sus competidores. Negarle ése privilegio es negarle a los lectores el privilegio de la fantasía en la forma de la tan bellamente fotografiada alta costura de París. 



Parece que no hay demasiada gente que lo entienda. Aún hoy, con el amplio mercado de revistas  disponible, la gente sigue teniendo en la cabeza esa idea de que éstas no son más que catálogos. - Un bolso de 500€ - dicen -  se creen que somos millonarios- . Leer una revista de moda significa únicamente culturizarse y entrar en contacto con lo bello. En esencia, debería tener el mismo efecto que leer un libro.