Balenciaga had the most wonderful sense of colour - his tête de nègre, his café au lait, his violets, his magentas and his mauves. Every summer I'd take his same four pairs of slacks and his same four pullovers to Southampton with me. Then... one year I went down to Biarritz. I laid out exactly the same four pairs of slacks, exactly the same four pullovers... and I'd never seen them before! It's the light of course - the intensifying light of the Basque country. There's never been such a light. That was Balenciaga's country.
Beverly se dedicaba a elegir para la princesa un vestido de noche. Tendría que ser, como siempre, un color llamativo combinado con otro cauto. La mejor manera de alternar la elegancia con horterez.
Condé-Nast debería prohibir portadas tal que estas.
El magnate editorial William R. Hearst, que inspiró el ciudadano Kane de Welles y que dicen que motivó la guerra de Cuba para vender más periodicos dijo una vez que: “No publico revistas solamente para lograr un éxito artístico. No creo que nada tenga éxito si no da dinero, mucho dinero.”
Muchas veces me pregunto por la rentabilidad del Vogue Paris, del L'uomo Vogue y del Vogue Hommes Internacional. Por que en Francia, las mujeres prefieren el Elle, Marie Claire e incluso Figaro Madame.
Mientras Napoleón III ganaba las batallas de Solferino y Magenta en Italia, en Paris, los cientificos inventaban los primero tintes sintéticos. En honor de las batallas, bautizaron dos colores con los nombres de las ciudades conquistadas. El color magenta aún perdura pero el Solferino apenas se recuerda si no es por una parada del metro de Paris. Ese color rojo azulado casi morado tan apreciado en esa época. Los nombres de cuantos otros colores se habrán quedado en el olvido.