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De sentirse bien vestidos con poco


Mientras estaba adelgazando, Billy y la condesa hicieron una expedición a Hermès, donde Billy compró dos cinturones, uno ancho para sujetar el abrigo y el otro estrecho, para ceñir los jerseys. Compró también su primer pañuelo de Hermès. Lilianne le había explicado que, con una falda bien cortada, un buen par de zapatos, un jersey decente y el indispensable pañuelo de Hermès, cualquier francesa se siente tan bien vestida como la reina de Inglaterra, la reina de Bélgica o la condesa de París, esposa del pretendiente al trono de Francia, pues así es como visten estas damas en la vida privada.

Scruples. Judith Krantz

Improvisando


Una vez Napoleón III y Eugenia de Montijo estaban de viaje por Inglaterra para habalr con la reina Victoria de la guerra de Crimea. Se celebraba en su honor una cena de gala pero ¡oh! los baules no habían llegado, así como tampoco el peluquero.La puntualidad de la etiqueta no permitía esperarlos y aún y sin tener nada que ponerse, no podia dejar de comparecer.
Una de las damas tenía ahí sus pertenencias, y le propuso un vestido de colo azúl. Con unos cuantos retoques se le ajustó. Tampoco tenía ni diadema ni aderezo, asi que pidio flores. A falta de violetas, se le entregó una cesta llena de miosotas; de este modo dispusieron ramos un poco por todo, en el escote, en guirnaldas sobre la falda, en espirales para retener los tirabuzones del peinado. Cuando hizo su entrada todas las cabezas se giraron hacia ella. La frescura del traje primaveral y las flores, eclipsaban los aderezos de brocado y los collares de damantes de las ladies boquiabiertas.

Curiosamente a las miosotas tambien se les llama nomeolvides, y bien es sabido que la reina Victoria nunca olvido a Eugenia.

No hay que olvidar que aunque la grandeza siempre impone, el encanto, la dulzura y la sencillez son armas infalibles para conquistar hasta a una reina. Y es que hasta un sencillo narciso puede llamar la atención en un jardín completo de rosas.

Llega el frío


Vuelve el frío.

Y con él los guantes, las bufandas de punto o las de Burberry's. Las medias y los calcetines gordos. Las camisas de oxford azúles y las mujeres con abrigos de pieles. Las botas de agua y los paraguas como carpas de circo.

Los maravillosos peinados que crea el viento y los jerseys con dibujos nórdicos.

El ceremonial del té, o del café, colacao, o lo que sea, mientras este caliente. Y el tirarse en el sofa con un libro (Nancy Mitford y su "A la caza del amor" es genial para el invierno) o una pelicula. Los pijamas de franela y los edredones gigantes. Uno tiene la sensación de que nada malo puede pasarle bajo un edredón bien mullido.

Y las bolsas de agua con funda de tartán. Y tartán, tartán por todas partes.

Definitivamente, con el frío, todo es estéticamente más hermoso.

Costumbre y ceremonia


Según dicen, antiguamente, en el ejercito inglés había unas normas bastante estrictas respecto a la etiqueta. A pesar de estar en la guerra, se les obligaba a afeitarse con regularidad y guardar un uniforme para reuniones sociales.

No penseis mal. No era esnobismo (no principalmente, al menos). La razón era más "psicológica".
A un hombre puede darle igual afeitarse o no, si su ropa esta sucia o rota, puesto que realmente no se ve. Sin embargo, sí que ve a sus compañeros, y si todos van igual de desarreglados, la moral decae porque tienen la sensación de estar realmente en el frente, fuera de la civilización.

Es por eso que los ingleses se esforzaban tanto en ir bien vestidos y limpios, y conservar las costumbres de casa (el té, por ejemplo). Por que es la frivolidad la que demuestra que existe una civilización.

O en palabras del poeta Yeats: ¿Dónde si no en la costumbre y en la ceremonia nacen la belleza y la inocencia?


Y yo soy una persona que realmente agradece tanto la costumbre como la ceremonia.

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In the british army, during the Victorian era, as they say, they were quite a strict with etiquette. Despite the war, they were forced to shave them-selves often enough and to keep an uniform for social gatherings.

It wasn't a matter os snobbery. The reason was more "psychological". One particular man can feel good even with a beard and a dirty uniform. The broblem lies in the community, if they see each-other that way, the would feel depressed. They would realized they were fighting in a war, out of the civilization.

That is why the british army tried hard to dress clean and proper, and to maintain their customs (E.g. Tea time). Because
frivolity is what makes civilized.

In Yeats' words: How but in custom and in ceremony are innocence and beauty born?

And God knows how I love custom and ceremony