Con la que está cayendo, uno no oye más que hablar de que la
culpa de todo la tiene que el consumismo, y esa necesidad de poseer por el
hecho de poseer, comprar por el placer de comprar.
Pero yo no estoy del todo de acuerdo. Por lo menos no viendo
a aquellos que me rodean.
- En nuestro caso eso no es cierto – Diría una amiga mía -. A nosotros nos han
educado con mentalidad de postguerra: que no sobre nada, ahorra todo lo que
puedos, compra lo mejor y hazlo durar.
Y cada vez me doy más cuenta de la razón que tiene. Nos
gusta vestir bien sí, nos gusta ir “a la moda”
pero no por ello somos como esas personas que compran ropa cada semana.
No lo necesitamos, no tenemos llenos los armarios, cajones y baldas de nuestras
casas.
Algo parecido me decía otro amigo:
- Desde que viajo tanto, cada vez tengo menos ropa y más sencilla: vaqueros, camisetas lisas y
camisas. Y también tengo menos objetos, el kindle y el ordenador es todo lo que
necesito. Aquello que me quepa en una simple mochila.
Así que como veis, por A o por B existe un grupo de irreductibles
jóvenes que no necesariamente consumimos en exceso, o entramos dentro de lo que
la gente piensa de nosotros.