Ya no es posible viajar como antes. No me malinterpretéis, no es cuestión de snobismo. No pienso mencionar aquellos que viajan en avión vestidos para un safari o los que aplauden al aterrizar.
Es que después de coger más aviones en dos semanas de lo que me hubiese gustado, he acabado harto de los check-in, controles de seguridad y aeropuertos inmensos. Por ciertas unas pocas cosas.
Uno comienza a echar de menos los salones de espera, el vagón de recreo o de fumar, los mozos que se encargaban de llevar el equipaje, o la ausencia de controles de seguridad, como se ve en Eva al desnudo.
No es que quiera que las cosas vuelvan a como eran antes, cuando los trabajadores no tenían derecho a vacaciones pagadas, es sólo que opino que en aquella época (cuando existían conjuntos de viaje) aquellos que podían viajar, lo hacían mucho mejor.
Ahora el que quiere viajar a gusto, debe tener dinero. Y a menudo, ni con esas.