Diana Vreeland - Principios de siglo en Paris I

Fui criada en un mundo de “grandes bellezas”, un mundo en el que las personas con buena apariencia tenían que algo que aportar al mundo. Un mundo en el que las cocottes, las mujeres del demimonde eran los grandes personajes de Paris. Eran las mejores anfitrionas, las mejores amas de casa, grandes mujeres enfundadas en vestidos glamurosos. 

Vivían en su propio “medio-mundo” y ese “medio-mundo” era muy importante. Y el Bois era donde se paseaban cada mañana. Éste era el secreto de belleza de las demimondaines. Respiraban el aire de la mañana. Ahí estaban cada mañana a las ocho y media. Luego volvían a casa para descansar, a darse un masaje, y a decidir el menú de la noche para los caballeros que las visitaban. En esa época, uno se iba a la cama mucho más temprano ¿sabes? ... Las cenas a medianoches a las que vamos ahora son de locos. Por lo que las demimondaines eran toda una belleza.

Por supuesto, siempre me ha encantado la ropa. Alguien que nace en Paris no deja de pensar en ropa ni por un minuto. ¡Y que ropas se veían en el Bois! Ahora me doy cuenta de que vi el inicio de nuestro siglo ahí. Todo era nuevo.

Naturalmente, mucho era por influencia de Diaghilev. El gusto, la extravagancia, el allure, la excitación, la pasión, la ruptura, el choque, el estrépito... Su influencia en Paris era total. La época anterior, la Eduardiana había sido fuerte y rígida. Me quedaría en Paris hasta que algo pasara.  Bueno, algo vino y lo barrió todo, incluyendo la moda, porque la moda forma parte de la sociedad y de la vida.


¡Qué colores! Antes de esto, el rojo nunca había sido rojo y el violeta nunca había sido violeta. Siempre habían sido ligeramente más... oscuros. Pero los vestidos de estas mujeres en el Bois eran de colores tan afilados como el filo de un cuchillo.: rojo rojo, violeta violento, naranja (cuando digo “naranja” me refiero a un naranja rojizo, no amarillo), verde jade y azul cobalto. Y las telas: las sedas, el satén, los brocados, cosidos con perlas desiguales, cosidos en plata y oro, y adornados con pieles y encajes. Eran de un splendeur oriental. Desde entonces, nunca ha habido tanto lujo, las mujeres lucían ricas.


D.V. Chapter 2

3 comentarios:

dijo...

Fascinante.
Cada dia me interesa más todo lo relacionado con esa época.

dijo...

Me recuerda a Proust que también describe como vestía una de esas mujeres, Odette paseando por el Bois, aunque el las llama cocottes creo que es lo mismo.
La foto es muy adecuada.

dijo...

Lee: Lee a Colette. Libros sobre ese mundo escritos en el momento en que ocurría.

Alexandra: Cocotte es otro termino, junto con demimondaine.
La foto es la mejor que se puede encontrar ;)