La collares

A doña Carmen Polo de Franco, esposa del dictador, le gustaban las joyas más que a un tonto un boligrafo. Fue esta afición suya la que le valió el sobrenombre de "La collares".

Cuando salía de compras, arrasaba, y los comerciantes temblaban. Especialmente los joyeros. Solía coger las piezas más caras y al marcharse decía que le mandaran la factura al Palacio del Pardo. Sabiendo por supuesto, que nadie tendría el valor de hacerlo.

Muchas veces, cuando los joyeros se enteraban de la visita de "La collares" a la ciudad, optaban por esconder las mejores piezas, e incluso por cerrar la tienda. Finalmente se creo una asociación de joyeros para sufragar las perdidas que causaba la señora, pagando entre todos las joyas que "compraba" en cada tienda.

10 comentarios:

dijo...

Esto es en serio?¿
Yo también tengo amor por los collares pero los dependientes me reciben encantados, y son de Mango...

Un beso :)

dijo...

Akari: Pues si, por lo menos lo he oido y leido en bastante sitios.

Tampoco creo que en Mango se arruinaran por un collar menos :)

dijo...

es una leyenda urbana que en alguna ocasión he oído desmentirla... pero casi prefiero que sea verdad, jajajaja. Me encanta esa anécdota.

Quién fuera en alguna ocasión la collares para algunas cosas, ¿no?

Un abrazo,
Jose

dijo...

de ser cierto me hubiera encantado que alguna mente perversa le hubiera regalado un collar trucado que hubiera soltado al tiempo estrictina pura, hubiera muerto ahogada entre espasmos, eso sí, con glamour

la dictadura española era tan cutre y aburrida que no me hacen gracias ni las anécdotas :)

dijo...

Jose: No sé por qué me extrañaría mucho que no fuese cierta...

Sr Q: Esa señora no sabría lo que es el glamour ni aunque le escupiera en la cara.

Aburrida y rancia. Esta es la única anecdota medio decente. Conozco otras mejores pero no son las más apropiadas para este blog.

dijo...

Espero que esté pagando las facturas en el mismísimo infierno (ese de sus amigos los obispos)

dijo...

"La collares", gracioso.
Qué rábia me da este tipo de gente.

Un saludo.

dijo...

Bueno, habría que ver en el esperpento en que su nieta se ha convertido. De casarse en Balenciaga a enseñar el tanga mientras baila en la TV cual pobre imitación de Ginger Rogers.

Saludos!!

Mónica B dijo...

Este post parece sacado palabra por palabra de un libro de Jaime Peñafiel que creo recordar se llamaba "El general y su tropa". Peñafiel, primero como periodista de "Hola" y luego de su propia revista pasó mucho tiempo haciendo reportajes a los Franco y cuenta un montón de anécdotas del cutrerío de tal familia.

dijo...

No he leido ningún libro de Peñafiel. De todas formas puede ser, por que es una anecdota bastante conocida.