Cuando Madame decidía divertirse "con los colores" - un juego que consistía en dar nombre a los matices -, no soportaba que me alejara de ella. Por lo que recuerdo, inventamos nombres sublimes y ridículos, algunos monstruosos. [...] De todos, aunque no éramos las autoras, el "pulga" era el más famoso.
¿Se sabe que fue el rey quien lo pronunció un día?
Todo empezó una mañana con madame Antonieta a causa de "composición honesta", un vestido de tafetán marrón claro. El rey pasó mientras estábamos en ello. No le gustaban demasiado mis perifollos, pero siempre me dirigía una palabra amable.
- Este vestido es del color de las pulgas - Exlamó ante mi tafetán castaño.
Todo el mundo se echó a reir. A partir de entonces, aquel color oscuro hizo furor ¡y la corte se cubrió de pulgas! Para gustar, había que presumir de marrón.
Desfile de pulgas en Versalles: pulga vieja, pulga joven, espalda de pulga, vientre de pulga, muslo de pulga, interior de muslo de pulga, cabeza de pulga, vientre de pulga en fiebre láctea, pulga de blanco...
Una epidemia que amarronó rápidamente la corte, hasta el día que la reina se cansó. No nos engañemos, no fue un capricho. Había una buena razón para ese repudio. Circulaban tonadillas mal intencionadas en Nouvelles de la Cour. ¡Y fue así como Versalles expulsó a la pulga! pero ya se apasionaba por un satinado ceniciento que debía su nombre al hermano del rey.
La competición en el juego de los colores.
3 comentarios:
En general la gama de los marrones, siempre han tenido mala fama... el marrón chocolate es mi favorito.
A mi me encanta el marrón. Todas las gamas.
Ojo, que no el beige. Digo ya marrón. Yo creo que es un color favorecedor.
Cuando menos curioso
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