Para mí Halloween siempre ha sido más de encender velas y  ver pelis cutres de miedo (El retorno de las Brujas, con Bette Midler y Sarah Jessica Parker, es un clásico para mí). Con este despropósito de disfraces de plástico y fiestas discotequeras en las que ni siquiera se cuentan historias de miedo para asustar a las chicas y que se te arrejunten, sólo me queda celebrar halloween a mi manera.



The troll hunter es una peli que acabo de ver hace una hora y me ha encantado, genial para Halloween (o no)

Y una serie de imágenes para ambientar aquí y aquí.

Parisian Chic - Ines de la Fressange

No suelo comprarme esta clase de libros, y menos si la autora es Ines de la Fressange, que no me acaba de caer del todo bien. Pero una amiga se lo compró e insistió en que lo leyera, y claro, como yo me leería hasta el diccionario, pues me puse a verlo.

Tengo que decir que me sorprendió gratamente. Vale, apenas dice nada nuevo: básicos, buenas compras y sé tu misma. Pero la forma resulta interesante. Sus combinaciones curiosas ya preparadas (para no tener que pensar) o su capítulo dedicado a los no tan básicos: americana, gabardina trench, jersey azul marino, camiseta sin mangas, little black dress, vaqueros y cazadora de cuero.

También me gusta el detalle de que, a la hora de poner tiendas para comprar ciertas prendas, nos da la opción cara y la más accesible. No es de las que dice "los únicos jerseys que puedes llevar son los de la marca X de 300 euros".

Lo que no me convence tanto es lo de las tiendas y restaurantes. Esos si que se salen bastante más del presupuesto medio, aunque me sorprendió comprobar que conocía unas cuantas.

En resumen, un buen libro en el que gastarte el dinero si te gustan los libros de estilo. No imprescindible pero bien escrito.



La moda según el cine

Cuando era adolescente todo el mundo empezaba a definir su estilo. Los emos no existían aún pero ya había distintos grupos. La gente imitaba a sus idolos, cantantes, actores. Y yo que siempre he ido a mi aire, me inspiraba en Marty McFly, protagonista de Regreso al futuro.
Con esa camiseta granate, los  vaqueros Levis y las Nike Classic, podía estar en 1950, 1985 e incluso en el siglo XXI.
Ahí está la gracia de los clásicos.


¿Por qué me llamas Levis?
Es tu nombre ¿no? Levis Strauss, lo llevas escrito en la ropa interior.


Curiosamente en la versión original le llama Calvin Klein. Traduttore traditore ¿no? (Traductor, traidor)

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Balenciaga por Outumuro





Escaneos de una serie de fotografías de Manuel Outumro sobre vestidos de Balenciaga. Suman en total 24 fotografías impresas tipo postal. 
Y yo que pensaba que fotografiando vestidos no se podía innovar.

The Artist

The Artist, a parte de ser la mejor película que he visto éste año, es un claro ejemplo de como en 70 años, la ropa de los hombres se mantiene prácticamente igual. Americanas marrones, camisas blancas, ropa de sport, corbatas y pajaritas. Todo sigue igual.







Lujos

El lujo no es desayunar en la cama, el lujo es dormir en sabanas de lino.


El lujo no es comprarse un vestido de Prada, el lujo es tener cuándo usarlo.


El lujo no es entrar por la puerta VIP, el lujo es pasártelo bien.


El lujo no es tener una camisa a medida, el lujo es tener a alguien te la quita.


El lujo es tener flores frescas en casa, una cerveza fría los viernes por la tarde, y encontrar por sorpresa en una librería el libro que llevas siglos buscando.

Mejor me callo


Soy una persona que disfruta con una buena discusión. Pero eso si, con gente que sabe discutir. Que expone bien, que explica, que contrasta. 

Ayer me vi envuelto en una de esas discusiones que parecen más monólogos. El tema era el consumismo. Y habló esta persona. 
Me callé cuando habló de conspiraciones, me callé cuando inventó porcentajes, y me callé cuando hizo uso de datos que no pueden existir (tuve buenos profesores que me inculcaron la costumbre de desconfiar de ciertas fuentes) pero no me pude callar cuando habló del mundo de la moda. De las tendencias como invento exclusivo de los empresarios.
- Perdona pero creo que estás equivocado. Cierto que ahora se fomenta más el cambio de tendencias para aumentar las ventas pero la moda es algo mucho más antiguo.
- Hace cincuenta años la gente no tenía esa necesidad de comprar porque los demás dijeran que estaba pasado de moda - me interrumpe.
- ¿Ah no? ¿Eso crees? ¿Qué me dices de las modistas que copiaban diseños de revistas extranjeras? ¿Era para ganar dinero? ¿O por el consumismo? Pero retrocedamos un poco más. Vayámonos un poco más atrás, al periodo de entre guerras, en el punto más alto de las casas de costura. ¿Acaso esas mujeres compraban esas ropas porque la televisión (o los periódicos, revistas o la radio) les decía que haciéndolo serían más felices? O los dandys con sus trajes a medida y corbatas, pañuelos y sombreros. Por supuesto existe un punto psicológico en todo este asunto, pero es completamente injusto decir que este comportamiento se debe únicamente al marketing. 
Retrocedamos un poco más, a la corte francesa en su momento de mayor decadencia. ¿Acaso se endeudaban los nobles porque consideraban que satisfacían una necesidad? Por supuesto que no. Una vez más vienen por detrás otros motivos principalmente el de status. E incluso hay tribus africanas en la que se ha descubierto un cambio de estilos en los collares de las mujeres debidos solamente al punto cíclico de la ropa y los complementos, puesto que a todos nos gusta cambiar. 
Y no hay que olvidar una cosa: uno siempre va a querer estar por encima de su  vecino. Ya sea con el coche o la ropa, o con su cultura e ideas (que por supuesto serán las únicas correctas).

Punto punto punto

Todo el mundo tiene alguna. Me refiero a esas habilidades o conocimientos de escasa utilidad y que no acaban de encajar con nuestra personalidad. Hay quien tiene habilidad para las plantas, o quien nos sorprende tocando el piano o arreglando cualquier cosa. 
En mi caso tengo dos: la carpintería y el punto. Todo lo que sean sierras, lijas y clavos se me dan bien. En algún momento de mi vida aprendí y todavía soy capaz de desenvolverme en esos temas.
Respecto al punto, también lo aprendí hace y todavía lo hago de vez en cuando. No empezaré con todo eso de que el punto es el nuevo yoga y chorradas así. Además mis conocimientos se limitan a bufandas, gorros y calcetines. Pero hay algo tremendamente satisfactorio en ser capaz de crear algo con tus propias manos. Y en este mundo en el que hasta se nos ha olvidado cómo escribir a mano, da gusto ver que eres capaz de crear algo que tiene realmente un fin. 
Yo soy una persona inquieta, y una de las cosas que menos me gusta de ver la tele es esa sensación de no estar haciendo nada de mientras. Gracias al punto, me encanta sentarme en el sofá mientras veo series repetidas o películas en blanco y negro (propicias para hacer punto) y voy pasando la lana de una aguja a otra. ¡Y nunca hago quedadas! 
El único problema del punto es saber cuando parar. Si tu familia, amigos y tu mismo ya tienen el pack completo para el invierno, es momento de buscarte otro hobbie. Y cuidado con las horteradas, que en el mundo del punto las hay muchas.
Aquí tenéis una página buenísima para aprender a hacer punto o avanzar. 
Y si alguien se anima que me lo diga si puedo ayudarle.
Y es que una buena bufanda de lana nunca pasa de moda.