Vulgaridad aceptable, pijerio a rechazar

- ¿Y cómo eran?
- Vulgares, pero con esa vulgaridad aceptable. Después de todo tenían cierta cultura. Es la diferencia entre la vulgaridad que se tiene desde que se nace o la que se adquiere con el tiempo. Al igual que no es lo mismo el sibaritismo, mejor llamémoslo pijerío, que se trae de casa o el pijerio parvenu. Si yo pido una pala de pescado en un restaurante podría considerarse como una deliciosa excentricidad.
- ¿Y si lo hiciera otro?
- Si se tratara de una de esas personas que por llevar una camisa con un caballo enorme bordado se creen mejor que los demás, no se vería en ese gesto más que a un pedante en toda regla. Por eso mismo, éstos pueden permitirse el lujo de ser horteras, porque en el fondo, poseen otras cualidades que incluso les otorgan un cierto halo de, si no elegancia (lo cual sería algo presuntuoso) de estilo personal en cierto modo pasable.
- Aunque en el fondo preferirías que vistieran y se comportaran como tú.
- Es evidente. Aunque con el tiempo te das cuenta de que, si exiges a tus amigos tanto como te exiges a ti mismo, bueno, no tendrías un solo amigo.

¿Por qué pedir perdón?

¿Por qué pedir perdón por no postear más a menudo? Un blog es de uno y no tiene porque dar ninguna explicación. Faltaría más que nuestras aficiones se conviertan en obligaciones. A no ser que pretendas utilizarlo como una herramienta para hacerte un hueco en el mundo de la moda (Dios nos libre) no tiene sentido.

Por otro lado, esto supone anteponer la cantidad a la calidad. ¿No es mejor publicar esporadicamente con "articulos" con más cuerpo que estúpidos todos los días? Supongo que no está mal obligarse a ser costante (una virtuda muy de capa caida en estos tiempos) pero siempre y cuando se disfrute mínimamente con ello.

Por eso digo: No os disculpeis.

De sentirte cómodo y en tu piel

El problema del verano es que no me siento cómodo con su ropa. Normalmente intento escaparme a lugares donde pueda llevar pantalón largo y un jersey para cuando refresca, pero este año, he acabado más al sur.
Y hace calor. Por lo que mi uniforme consiste en pantalón corto y camiseta. Polo y náuticos dependiendo del plan. Pero nada más.
La cuestión es que el otro día refrescó (¡gracias a Dios!) pude ponerme unos vaqueros y una camisa. Estuve con un conocido recién conocido y me dijo uno de esos cumplidos tan poco comunes.
Dijo que se notaba que esa era mi ropa, mi estilo, porque se me notaba mucho mas a gusto en mi piel.
Algunas personas tienen el don del camuflaje: pueden ir cambiando de estilo y en todos se sienten bien. Desgraciadamente, yo solo me siento cómodo en aquello que conozco.